© 2013 McLaren.
Por: Alberto Tello de Meneses / CEO Percepción Pública Latinoamérica.
20 de octubre de 2022.
Estamos cerca del cierre de la temporada 2022 de la Fórmula 1 y con Max Verstappen como bicampeón, por lo cual tendremos que esperar un poco más para ver a Sergio Pérez de regreso en la contienda por el título.
Hace apenas unos días, Claro Sports lanzó un emotivo documental en exclusiva por Claro Video, ahí pudimos escuchar esta declaración:
“Fue muy malo en mi imagen dentro de la Fórmula 1, porque cuando McLaren, un equipo grande, te agarra pero luego te suelta después de una temporada, creó muchas dudas… Me costó mucho trabajo quitarme esa mancha de mi carrera”: Sergio Pérez.
Números después de la temporada 2013
Tras su salida de McLaren, los resultados de Pérez fueron nuevamente impresionantes y en un mundo ideal debieron exhibir con toda claridad que solo fue el ‘chivo expiatorio’ de algo que el propio piloto señaló con precisión, pero en un contexto ya muy adverso: “A McLaren, siendo tan grande, esta temporada le ha costado mucho ver la realidad de dónde estamos metidos y no seguir pensando que tenemos un coche para ganar carreras”, (Sergio Pérez, 2013).
Entre las temporadas 2014 y 2020, Sergio generó de forma individual el 140% de los podios y el 79.8% de los puntos que McLaren obtuvo en el mismo periodo con dos autos.
Desafortunadamente, las acciones fuera de pista parecieron dejar al tiempo y la suerte que “la mancha” desapareciera sola, ya que ni hablando con extraordinarios resultados en pista, ni con el apoyo de sus grandes negociadores tras bambalinas, fue suficiente para que la oportunidad en un equipo top volviera a llegar antes de SIETE temporadas y tras una rescisión de contrato.
En el análisis técnico, la ausencia de una enérgica estrategia de reposicionamiento de imagen fue evidente y condicionó de manera intangible que opciones como su regreso a Ferrari se cayeran sobre la hora. La alta dirección de los equipos no solo observa la telemetría, también revisan la percepción y los niveles de aprobación de sus públicos, tanto aficionados como inversores, y es mucho más complicado jugársela con alguien que ante una mayoría quedó con esa ‘mancha’, misma que no se limpió en la mente emocional de la opinión pública internacional.
El trabajo de rescatar la imagen pública de ‘Checo’ (aquel joven maravilla ante el que Lauda se quitó la gorra), separándola del infortunado abismo de McLaren, era indispensable para tenerlo como principal gran candidato a un equipo top nuevamente tras dos o máximo tres temporadas. Muchos especialistas en materia de comunicación e imagen vimos con tristeza cómo se fueron grandes años de una figura que sigue llamada a ser el próximo campeón latinoamericano de la Fórmula 1.
En México, trabajar duro, callados y con grandes resultados es parte de nuestra idiosincrasia, un común denominador de la clase trabajadora asalariada que piensa que su laborar será vista, reconocida y recompensada. Desafortunadamente, una mayoría invierte sus años más productivos en el idealismo, sin expresar ni alcanzar lo que quiere, porque fuimos educados para obedecer sin cuestionar, bajo el temor a la represalia o del ‘qué dirán’, y la frustración o el sentimiento de injusticia en muchos casos les rebasa cuando otros con o sin resultados se quedan con las oportunidades que deseaban para ellos. Cierto es que a veces el silencio y esperar un poco más están en la delgada línea de la inteligencia emocional, la sabiduría e incluso de la estrategia, pero solo de forma situacional y no como regla.
La vida ha querido que el trabajo en pista de Sergio Pérez finalmente sea reconocido con una nueva oportunidad, incluso de forma dramática (no siempre ocurre); pero sería muy lamentable desperdiciar toda la experiencia y el aprendizaje que McLaren debió dejar. En su respaldo ahora hay una rica muestra de datos que se pueden explotar para su marketing deportivo y político, porque si bien es cierto que hablar en la pista es lo más importante, todos los grandes campeones han tenido que hacer frente en su camino a la guerra política que se vive fuera de la pista. En silencio difícilmente habrá otros siete años para que le den las armas que permitan comprobarlo, sin embargo, tampoco es necesario que sea él quien diga todas las cosas fuera de la auto.
Ojalá que el mexicano y su entorno personal (incluido el apoyo de sus patrocinadores), agreguen ‘nuevos trucos’ y un proyecto integral de comunicación de ‘marca personal’ al trabajo que tan bien hacen en la pista, mismo que deberá neutralizar la ‘guerra sucia’ de su competencia, y convertirse en un atractivo atajo hacia el apoyo de la afición global y de su equipo, por ende, un facilitador para sus objetivos deportivos y un multiplicador de ingresos.
*Alberto Tello de Meneses es Consultor Senior en Comunicación Estratégica, imagen verbal/no verbal y manejo de crisis, además de ser un gran aficionado al automovilismo y el análisis deportivo. Asesora a diversas personalidades latinoamericanas, desde presidentes de algunos países, hasta ganadores de premios Oscar y Grammy; figuras públicas en general; empresarios y seres humanos entusiastas que pronto serán muy reconocidos.